Se cumplió el primer debate entre los candidatos a la Presidencia de los Estados Unidos, el republicano, Donald Trump y la Demócrata, Hillary Clinton en la Universidad de Hempstead en Nueva York, con una clara superioridad de la candidata Clinton en relación con su opositor.
Comparto algunos aspectos que me llamaron la atención a manera de análisis:
El aspirante republicano Donald Trump optó por un vestuario sobrio con una corbata azul y un prendedor con la bandera de Estados Unidos bajo una apuesta conservadora y clásica.
La aspirante Hillary Clinton empleó un vestido rojo con diseño acorde a su edad y que permitió resaltar su piel y contrarrestar su estatura. Sin duda el atuendo le permitió resaltar y equilibrar la imagen de debilidad con la cual la ha querido envolver la campaña de Trump luego de su desmayo por neumonía en las ceremonias del 9-11 en Nueva York.
Es claro que a esta altura los norteamericanos ya tienen definido el voto, pero en este momento el impacto emocional de ambos voceros es clave para motivar que la gente salga a ejercer su derecho al voto y realmente es con la mirada puesta en esos nichos electorales, como se deben preparar los candidatos para estas puestas en escena vía televisión que siempre han sido claves desde la decisión emocional de los electores.
En los mensajes centrales del principio hubo algo de esencia y fondo, pero luego la defensa de uno frente a lo que mencionaba su rival, fueron disolviendo los temas y hubo un tratamiento superficial de asuntos muy delicados como la salud, la economía o la seguridad nacional.
Trump quiso ubicar a Clinton en su rol de funcionaria del gobierno de Obama al denominarla continuamente como Secretaria y mencionar a menudo su ejercicio en el ejecutivo norteamericano. Se trata de una vieja táctica de desestabilización y degradación frente al público.
Hillary optó por la estrategia de enfrentar a Trump a partir de sus errores en el tratamiento de algunos temas como las mujeres, las personas de color o los latinos apelando a la clara opción del voto y la representatividad de estas poblaciones en clave de voto.
Luego de 1 hora y 43 minutos de debate quedó claro que ninguno de los dos candidatos respondió de manera directa las preguntas y hubo más un contrapunteo a partir de temas personales y explosivos que ya venían ardiendo en plena campaña.
Nadie respetó las reglas del debate, ni siquiera el público que muchas veces reaccionó a ciertas declaraciones de uno u otro. El periodista no controló bien los tiempos, los temas ni hizo respetar las reglas pactadas para la dinámica lo cual hizo ver desordenado el manejo y la comprensión.
La mayor arma gestual de Trump fue su gesto de firmeza desde el rol y experiencia como empresario y la mayor arma gestual de Hillary fue su sonrisa y serenidad inicial en respuesta con experiencias en tareas de gobierno que supo emplear como arma a favor.
Semióticamente los gestos demostraron que el ambiente fue altamente tenso, desde el saludo inicial donde Trump en lugar de ir al medio prefirió esperar a la señora Clinton e incluso en el saludo final con los golpecitos en las espalda de Trump a Hillary se quiso denotar condescendencia.
Hilary es la primera mujer candidata oficial a la presidencial de Estados Unidos que llega a un debate presidencial y eso ya es histórico. Trump es el primer empresario sin experiencia en gobierno público que llega como candidato presidencial. Esto hizo que el debate tuviera matices particulares desde la interpretación y la evidente polarización que ha marcado estos meses de campaña.
Grave error cometió Hillary Clinton al gastar tanto tiempo de sus intervenciones en responder ofensas de Donald Trump y esto generó que sacrificara aspectos programáticos que son una fortaleza por su experiencia en la rama ejecutiva y legislativa en relación con su rival.
Salieron las principales armas políticas de uno contra el otro. El peor momento de Hillary fue cuando saltó el tema de los e mails y el peor momento de Trump cuando se mencionó el tema de su declaración de renta. La única revelación novedosa saltó como denuncia de la señora Clinton en relación con el supuesto trato del señor Trump con algunas Miss Universo.
Trump no llevaba apoyo alguno en textos o dispositivos. Hillary Clinton portaba documentos que rápidamente su equipo de campaña recogió al finalizar el debate
El 9 de octubre en la Universidad de Nevada es el segundo round de los candidatos presidenciales a un mes de las elecciones para la Presidencial norteamericana y es claro que este primer debate deja varios temas para el desarrollo de ambos equipos de campaña en tierra y aire para cometer el menor número de errores posibles en esta particular carrera por la Casa Blanca 2016 .
Miguel Jaramillo Luján, Analista en Política y Gobierno
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