Por: Ancizar Villa
Como no puedo ser su asesor por razones de trabajo, sí quiero que aproveche una experticia que, de seguirla con atención, le dará el triunfo en octubre. Claro, parto del supuesto de que usted usa su inteligencia para crecer, aspira a gobernar para servir y su relacionamiento con la gente se basa en comprender sus aspiraciones y necesidades, no solamente en entender sus angustias. Lea con atención y disposición, a no ser que usted sea el clásico candidato que se las sabe todas, porque si es así, ya perdió.
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Prepárese para gobernar, no solamente para ganar la elección. El país y los entes territoriales sufren mucho cuando quienes llegan a los cargos de elección popular no están suficientemente listos para asumir sus funciones. Valdría aseverar con una frase que se le atribuye a Safranski: “información, sin experiencia, no es conocimiento”.
Tenga claro el mensaje; es posible ganar una elección sin dinero, e incluso, sin candidato (créame, hay algunos que se hacen en la propia campaña), pero lo que es imposible es ganar una lección sin un mensaje poderoso, claro y contundente.
Busque alianzas estratégicas. Las campañas se ganan con aliados, no solamente con amigos. Los amigos nunca alcanzan a la hora de sumar votos. Por ello, administre con atención y esmero a quienes le han querido siempre, pero busque en las toldas de sus opositores, y con ellos mismos, los votantes que le permitirán ganar en octubre. Su mercado potencial, está en cada uno de los mercados “naturales” de sus competidores.
Contrate un estratega y créale, así no esté de acuerdo con él o ella en algunas de sus propuestas. Su papel es el de candidato, no el de definir estrategias de alto impacto. Eso tiene que estar en manos de alguien que sepa cómo conquistar electores; pero eso sí, tenga claro el tono ético de lo que se diga o se haga, porque el asesor no tendrá el peso de responder dentro del periodo de gobierno por lo que se haya afirmado en campaña. Y un detalle definitivo: contrate un asesor, como le dije, pero no a un grupo de asesores de igual nivel porque el zaperoco que se le armará le costará más de la cuenta, le sacará de casillas, le desgastará y le hará perder la elección.
Conforme un equipo de trabajo donde estén claramente definidas las funciones y las responsabilidades, de lo contrario, atentarán contra usted los egos, los planes personales y la confusión logística de la campaña.
Enfrente a sus competidores con argumentos y proyectos, no con insultos, provocaciones y acusaciones. Caldear el ambiente para que los electores exploten sus iras contenidas y voten por fanatismo, posiblemente le dará el triunfo, pero no el gobierno, porque este requiere de acuerdos nacidos de la sumatoria de las buenas ideas que surgen de las diferencias conceptuales, políticas y académicas.
Comprométase con acuerdos donde esté clara una participación administrativa para sus aliados políticos, pero no acepte apoyos hipotecando cargos específicos porque en su periodo no tendrá maniobrabilidad ni autonomía. Ah… y condicione los nombramientos a las competencias, no a los apellidos.
Administre la fauna que se le aparecerá en su sede de campaña. Ponga toda la atención, de ella forman parte sabandijas, lagartos, camaleones, ratas, perros sarnosos, cerdos y leones. Hay que aprender a conocerlos, diferenciarlos y manejarlos. Si quiere la descripción de cada uno, escríbame y yo se las mando.
Búsquese un enemigo (mucho más efectivo si es una causa, no una persona), y échele la culpa de todo lo malo que sucede en su entorno. Eso le sirve para tener foco, definir discurso, apropiar el mensaje, convocar partidarios e identificar debilidades de sus competidores.
Escuche activamente en equipo, y a partir de allí tome decisiones, incluso, de cambiar mensaje y tono. Se gana si se sabe reaccionar a tiempo y en los medios indicados, se pierde si se duda o se espera.
Imponga la agenda de la campaña, si ella es propuesta o ganada por sus contradictores, usted está en serios peligros. Haga que el referente sea usted, su discurso, su mirada, su mensaje. El plan de gobierno es su soporte, pero todo él tiene que estar contenido en lo que ya le dije: un mensaje poderoso.
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