Después de la dictadura militar de 1979 hasta el año 2007 el Ecuador tuvo 13 presidentes de la república, con un promedio de 1,05 presidente por cada dos años. Entre estos tenemos cuatro presidentes derrocados en golpes de estado, un presidente muerto en un accidente aviatorio dudoso, dos presidentes exiliados del país y procesados por la justicia, y seis presidentes que fueron apresados después de cumplir su mandato.
En el año 2006 llega al gobierno Rafael Correa, quien ha gobernado por casi 10 años, un equivalente en tiempo a 7 presidentes ( correspondientes a los 10 años anteriores, 1997-2007). Con esta realidad el Ecuador llega a una campaña electoral para elegir al sucesor de Correa. En esta ocasión se enfrentan los herederos del partido gobernante versus el poder excluido durante todo este tiempo. Hasta ahí el análisis podría ser pragmático, y es lógico pensar que después de tanta inestabilidad política los ecuatorianos hayan buscado refugiarse durante un tiempo en la estabilidad, y en un proyecto político de largo aliento. Sin embargo después de 10 años de gobierno de Correa, el Ecuador se ve sumergido en un desánimo hacia los movimientos de izquierda. Argentina, Brasil, Venezuela, Perú, son solo ejemplos de este reacomodo de la política latinoamericana. La corrupción ha llegado a limites exorbitantes y los gobiernos centrales no han podido controlar a sus propios funcionarios. Parece ser que el sistema se ha agotado, muchas formulas no han dado resultado en el tiempo y la bien llamada estabilidad se ha esfumado. El caso de Venezuela es un mal ejemplo para sus vecinos, no hay argumento que pueda sostener tremendo fracaso en el modelo que se dijo una vez seria exitoso. En Ecuador las elecciones presidenciales y de asambleístas en el mes de febrero, serán muy particulares, debido a fuertes denuncias de corrupción que desfavorecerían al partido gobernante de la última década, y el hecho de que el actual presidente no esté en la contienda porque la Constitución se lo prohíbe, no beneficia al proyecto que demolió durante los últimos 10 años cualquier proyecto adverso. Sin embargo la falta de unidad en los grupos de derecha y centro-derecha no permiten una consolidada oposición. Los dos adversarios que en las encuestas están atrás del candidato de gobierno (Cinthia Viteri, Guillermo Lasso) tendrán que hacer un esfuerzo sobre-humano para alcanzar al binomio (Moreno-Glas). Existe un 40% de indecisos, que está atento al movimiento de los candidatos. Las denuncias de Odebrecht, de coimas por 33,5 millones, y la amenaza de exponer los nombres de quienes fueron los beneficiaros, jugará un papel importante en esta campaña, donde incluso el alcalde de Quito, Mauricio Rodas, que no participaba, se ha visto involucrado con la aparición de un nombre de un asesor personal, en este entramado de denuncias. Lo que ha provocado, que viaje a la OEA para denunciar persecución política, y a pedir a las cortes los tan buscados nombres del caso Odebretch. Los resultados son de pronostico reservado, pero lo que si esta claro es que las ofertas electorales se verán reemplazadas por los ataques personales. Ecuador se polarizo y pareciera que como Deja Vu, regresamos a aquellos tiempos donde la inestabilidad era el pan de cada día, y ¿todo esto por culpa de quién?...ya veremos qué historia nos dicen los nuevos gobernantes. Por Francisco J Palomeque, Consultor y Analista Político de Ecuador
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