Gobernar es comunicar, no nos cansamos de repetir esta bella frase que muy pocos gabinetes o Dircom de Latinoamérica saben aplicar. Hoy por hoy las principales ciudades de Hispanoamérica, pareciera que la cabeza de las comunicaciones las ejerciera la familia del político, su pareja o en algunos casos: su peor enemigo. La precariedad es mucho más evidente y son contados los casos de buenos ejercicios de comunicación de gobierno.
Desde mi experiencia al ver los portales, medios propios, publicidad y redes sociales de algunos gobiernos de ciudades y países de Latinoamérica, hay que reconocer 5 buenas prácticas que son el punto de partida para hacer una excelente comunicación de gobierno.
Defina muy bien la personalidad de su gobierno. Sólo una línea para decir si es hombre, mujer, su forma de ser, cómo debe hablar con los ciudadanos, donde vive, qué come, como se viste, qué sitios frecuenta y cuál es su propósito en la vida.
Sin creatividad ni ayuda externa, el gobernante se vuelve monarca y todos esclavos de la comunicación aburrida. Renueve su área de comunicaciones y relaciones, contrate gente con ideas disruptivas que marquen diferencia e innoven, hágales seguimiento desde un agente externo que no le tema contradecirlo.
Concéntrese en comunicar máximo 3 logros de imaginario. La base es la pregunta ¿Cómo quiere usted ser recordado en su proyecto político por los ciudadanos? Evite el vómito comunicacional.
Ya pasó la edad de piedra y hoy comunicar un gobierno no debe ser aburrido. ¿Cuál es la experiencia que usted pretende hacer sentir a los habitantes de ese territorio? Son 5 sentidos y ellos esperan que usted cautive los 5 y genere en ellos memoria, recordación y emociones.
Disparar en regadera no sirve: ¡Segmento, segmente, segmente! Elija al menos 5 nichos trasversales de público y un máximo de palabras por público. Investigue, estudie y háblele a la gente como ella quiere que le hablen, pero con responsabilidad.
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