Durante la historia electoral de América Latina ha habido cuatro casos notables de triunfos del sector representado por el NO en procesos de consulta o referendo: Chile, Uruguay, Guatemala y ahora Colombia; en coyunturas especiales que son distintas pero que llaman la atención sobre una palabra que genera mucha resistencia consciente e inconsciente en los seres humanos y en la motivación del ciudadano decisor.
No existe nada más nocivo que defender propuestas negativas, estas se asocian con la desesperanza, el miedo, el sinsentido, las intenciones negativas, la oscuridad y la resistencia al cambio. De otro lado las frases o palabras positivas como el Sí suelen asociarse de entrada con la esperanza, el cambio, la renovación, el positivismo, la alegría y una necesidad consciente de aprobar o abrir la puerta a nuevas realidades en la vida cotidiana del ciudadano que toma decisiones. En Chile el No permitió la transición de la dictadura igual que en Uruguay. De otro lado en Guatemala y Colombia han impedido la refrendación de una propuesta de negociación de Paz con un actor al margen de la ley. En los cuatro casos mencionados ha habido manejos diversos para el fondo y la forma en la que se hizo campaña que será la historia y los mismos ciudadanos quienes desde sus decisiones van a juzgar, lo cierto es que se toma ventaja cuando se habla de SÍ por encima de quien debe defender un NO y paradójicamente el optimismo y la claridad en una propuesta de esperanza es lo que permite que el oscuro NO se ilumine y pueda superar a un SÍ que con el tiempo suele desgastarse si no se dosifica en sus ríos de miel. Miguel Jaramillo Luján, Consultor Político y de Gobierno
Comments