Este domingo 25 de octubre los argentinos irán a las urnas para elegir un nuevo inquilino de la Casa Rosada el Palacio Presidencial de un país agobiado en los 15 años que lleva este siglo, por graves crisis en su economía y un estancamiento en las más importantes variables de desarrollo productivo que vienen afectando la calidad de vida de sus habitantes, luego de haber sido una de las economías más fuertes y que ofrecía mayores niveles de desarrollo humano integral en el continente latinoamericano.
Quien reciba las llaves de la Casa Rosada luego del domingo o en una siguiente vuelta a finales de novimebre, no la tendrá fácil pues en el panorama argentino los protagonistas son la caída de precios de las materias primas, la recesión económica en Brasil, socio fundamental de Argentina, y una inflación que ronda el 25% y que pide a gritos ser disminuida con decisiones de fondo y con un posible alto costo político. Sin embargo y pese a este desalentador panorama, en el tarjetón hay tres candidatos con una alta opción, dispuestos a jugársela por la presidencia del país gaucho.
Los Candidatos
Comenzando con la izquierda, fuerza oficialista actual, tenemos a Daniel Scioli, gobernador de la provincia de Buenos Aires y candidato del Frente para la Victoria, quien promete garantizar la continuidad de lo ejecutado por su antecesora y encabeza las encuestas con una intención de voto del 40%. Scioli no tiene nada asegurado. La situación económica actual no le ayuda y un oficialismo desgastado por 12 años de operación, pueden jugar en su contra. Sin embargo, tiene puntos a su favor, como la imagen favorable de Cristina Fernández que supera el 50%, el temor generalizado entre el electorado de retroceder luego de haber avanzado en ciertos temas como el desempleo, la pobreza, entre otros.
Siguiendo con lo que podríamos llamar el centro, encontramos a Sergio Massa, ficha de la coalición UNA. Massa hizo parte del gabinete de Cristina entre el 2008 y el 2009 y, si bien no parece tener posibilidades de ganar, está haciendo lo suyo entrometiéndose entre los dos candidatos más opcionados.
Finalmente, inclinando la balanza hacia la derecha, está Mauricio Macri, ficha de la oposición para derrotar al oficialismo y quien hoy ocupa el segundo lugar en las encuestas con el 30% de intención de voto. A pesar de no encabezar los sondeos de opinión, Macri tiene esperanzas, pues para que Scioli gane debe obtener más del 40% de los votos y la diferencia con el segundo de ser, mínimo, del 10%. Así que la contienda está abierta y Macri lo sabe. Es el favorito del sector empresarial y de las clases medias y tiene un tercio del electorado a su favor. Sin embargo, en su contra juega el hecho de que el pueblo no quiere perder lo ganado con el modelo kirchnerista y, entendiendo esto, el candidato de la coalición Cambiemos ha moderado su discurso en sus últimas apariciones y ha dejado claro que no trabajará en contra de lo conseguido por sus antecesores, cosa que también lo ha perjudicado pues su perfil opositor se ha ido desvaneciendo.
Así las cosas, declarar que ya hay un ganador de las elecciones argentinas sería una irresponsabilidad, pues los números no mienten y las diferencias porcentuales entre candidatos que muestran las encuestas hoy presagian una segunda vuelta el 22 de noviembre, fecha en la cual las alianzas y la decisión de quienes aún no han definido su voto, podrían dar un vuelco total al panorama político actual. Amanecerá y veremos y son las urnas quienes tendrán la última palabra respecto al próximo inquilino de la Casa Rosada.
Sara Pérez Restrepo
Politóloga
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