Interacción (Conversación), duplicación y donación, son tres tesoros muy preciados como fruto de una buena gestión para una campaña o gobierno en los social media; y llegar a esto requiere un arduo trabajo y más en épocas de gran déficit de opinión y confianza frente a la presencia de dirigentes, partidos y campañas en redes sociales.
Estas son algunas creencias equivocadas sobre el uso de redes sociales que abundan en el mal criterio de ciertos dirigentes, campañas y partidos.
Pensar que nadie deja de votar porque usted solo utiliza twitter, Facebook, instagram, linkedin o alguna de las redes sociales, meses antes de las elecciones.
No planear muy bien su presencia, tiempos, silencios, interacción y un marco de acción específico que le permita fortalecer sus propósitos aquí.
No planear muy bien su identidad digital con detalles específicos sobre la forma, el fondo y lo que usted espera de cada una de las redes.
Pensar que se puede estar en todas las redes sin entender que cada una tiene su estilo, impacto y segmento de interés.
Creer que las redes sociales son sólo para emitir información y no para interactuar, dialogar, compartir o responder.
Censurar opositores en lugar de entablar diálogos fructíferos. Incluso con quienes te faltan al respeto, porque ellos representan oportunidades para demostrar apertura y libertad frente a la postura ajena.
Hacer público por sus medios: material en vídeo, audio, fotografías o textos que no son propiedad suya; violando normas de derechos de autor e ilegalizando su mensaje.
Pensar que las redes sociales me evitan el contacto directo con los ciudadanos o que en sí mismas me resuelven el planteamiento de estrategias de comunicación digital más amplias y profundas.
Pensar que la sola presencia en redes sociales sin el ancla de un portal central debidamente gestionado o una comunidad compacta que sea punto de llegada, basta.
Pensar que las donaciones a una campaña llegan por el simple hecho de sacar el sombrero virtual en el estado y no con campañas específicas.
Ser redundante hasta el hastío en los mismos contenidos.
Pensar que las redes sociales son sólo herramientas para decir lo primero que se me viene a la cabeza y no reflexionar, revisar y volver a revisar antes de publicar.
Tener mala redacción, ortografía o cometer errores por desconocimiento en temas de cultura general.
No reconocer con humildad que la política en el 3.0 hoy circula a otro ritmo y requiere planeación, estrategia y oportunidad.
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