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Menos Bukele y más Jacinda Ardern

Actualizado: 23 sept

Por: Carolina Díaz

En el mundo del liderazgo público, ha habido un cambio significativo en la forma en que las líderes han abordado su papel. En lugar de adoptar un enfoque tradicionalmente masculino y autoritario, al estilo de Nayib Bukele, muchas lideresas han adoptado una actitud maternalista, un enfoque de liderazgo que cada día se reclama más en nuestras democracias permeadas de incertidumbre, y que se centra en el bienestar y la seguridad de las personas a las que se lidera.

Un ejemplo notable de una lideresa pública que ha adoptado el maternalismo es Jacinda Ardern, exprimera ministra de Nueva Zelanda. Ardern ha sido elogiada por su enfoque compasivo y cuidadoso en el liderazgo durante la pandemia de COVID-19. Ha abogado por políticas que priorizan el bienestar y la seguridad de las personas y ha utilizado su plataforma para promover la inclusión y la empatía en la sociedad neozelandesa. Su liderazgo demostró que es posible liderar con compasión y cuidado, y que estos valores pueden ser efectivos para mejorar el bienestar y la prosperidad de una sociedad.

Los ciudadanos hoy exigimos políticas que protejan los derechos de las mujeres y las niñas, que creen un entorno más inclusivo y equitativo en la sociedad; políticas que garanticen que las necesidades de las familias y los cuidadores sean tomadas en cuenta, priorizando valores como la empatía, compasión y solidaridad, y buscando siempre, crear una sociedad más justa y equitativa.

Contrario al liderazgo paternalista, que se enfoca en la imposición de autoridad y en la idea de que las personas necesitan ser controladas y dirigidas, el enfoque maternalista se enfoca en la colaboración y en la creación de relaciones de confianza y cuidado. Los líderes y lideresas maternalistas ven a los ciudadanos como personas con necesidades y preocupaciones legítimas que deben ser atendidas, en lugar de súbditos que necesitan ser controlados. El liderazgo maternalista no se limita al asistencialismo, ni en la idea de que las personas necesitan ayuda desde una posición de superioridad, como lo hace el enfoque paternalista. En cambio, se enfoca en proporcionar un cuidado real y efectivo, y en garantizar que las políticas y prácticas públicas promuevan la dignidad y el bienestar de todos..

El enfoque maternalista en el liderazgo público es una alternativa efectiva y necesaria, adoptarlo implica reconocer la humanidad y las necesidades de todas las personas, especialmente de aquellas que son más vulnerables y marginadas. Sin embargo, es importante reflexionar sobre cómo podemos fomentar el liderazgo maternalista en nuestra sociedad, especialmente en un mundo cada vez más polarizado y desigual. ¿Cómo podemos asegurarnos de que los líderes públicos adopten un enfoque de colaboración y cuidado, en lugar de uno de autoridad y asistencialismo? ¿Cómo podemos trabajar juntos para crear una cultura de empatía, compasión y solidaridad en nuestra sociedad?  ¿Cómo hacerlo en medio de la bukelización del liderazgo?

Estas son preguntas importantes que debemos considerar si queremos construir un futuro más justo y sostenible para todos, donde necesitemos menos Bukeles y más Jacindas Ardern, para transformar nuestras sociedades y construir un mundo en el que todas las personas sean valoradas, protegidas y cuidadas.

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