TikTok, la primera red social china con auge mundial, está cambiando y condicionando los escenarios para hacer campañas políticas en todo el mundo. Esta red social relativamente nueva, que comenzó siendo propia para los infantiles con bailes y retos, está imponiendo su propio juego en la forma de hacer campañas.
Todas las redes sociales pasan por un proceso de maduración y TikTok no fue la excepción: el proceso consiste en el arribo temprano y exclusivo de los más jóvenes, luego, con el tiempo, poco a poco va llegando más público con sus distintas formas pero siempre guardando el lenguaje establecido y distintivo de cada red social, tal cual ocurrió con Facebook e Instagram, donde ya es normal ver a los mayores navegando con naturalidad.
TikTok es una apuesta a la creatividad, a la diversión, al humor y a la innovación; ingredientes importantes en la comunicación política y que hace rato dejaron de pertenecer a los espacios políticos tradicionales, que con discursos acartonados y desgastados hicieron de la política algo aburrido. Todo lo anterior sin mencionar los constantes hechos de corrupción, las inagotables crisis y las ya normalizadas fake news, que contribuyen al desgaste de la política en sí misma.
Los casos de éxitos de campañas políticas en esta red social cada vez son mayores, desde Estados Unidos y la India hasta el más reciente en Ecuador, donde hubo dos candidatos que ocuparon el tercer y cuarto lugar e hicieron una gran labor. Me centro especialmente en Xavier Hervas, quien se destacó pasando de ser desconocido a obtener más del 15 % de los votos, una proporción altísima y un trabajo loable, teniendo en cuenta muchos factores como la carencia de estructura nacional y poco reconocimiento público. A él podemos compararlo con el candidato que ocupó el segundo lugar y entró a segunda vuelta, Guillermo Lasso, quién obtuvo el 19 % de los votos; es decir, solo un 4 % más que Xavier, y con la “pequeña” diferencia de que es un banquero y, por ende, posee gran cantidad de recursos, ha aspirado tres veces a la Presidencia del Ecuador y es reconocido en todo su país. Justo a este último le costó adaptarse a estos nuevos códigos, y cedió espacio en un nicho importante de jóvenes, que terminó identificándose con el contenido fresco y diferenciador de Xavier Hervas.
Como este caso seguro habrá muchos más alrededor del mundo. Recordemos que lo que impera es la actividad estratégica y profesional, más allá de hacer presencia en una red social por simple moda y dejarse llevar por la intuición. Son muchos los aspectos favorables que tiene TikTok y que la convierten en una herramienta fundamental y necesaria: ventajas como la posibilidad de llamar la atención y presentar el contenido político en un empaque atractivo y natural, requisito indispensable ante los miles de anuncios a los cuales estamos expuestos diariamente en las redes sociales, la emocionalidad que impregna cada canción, los emojis, la fácil viralización y pasar del contenido perfectamente producido a lo cotidiano y espontáneo.
Aproximadamente un 41 % de los usuarios de TikTok son jóvenes entre 16 y 24 años; y más del 30 %, entre 25 y 35 años, lo que indicaría lo relevante que es participar y construir estrategias efectivas en esta red social, construyendo contenido y hablando en el lenguaje político de los más jóvenes, que, a su vez, son los más desinteresados de la cosa pública. Precisamente estos jóvenes ven TikTok como oportunidad para buscar su identidad política.
En definitiva, TikTok llega como un salvavidas a la nula atención y extrema predisposición que acarrean los contenidos políticos, cada vez más masivos y poco diferenciados. Ya aprendimos del caso de Ecuador: los políticos que no se adapten a estas nuevas configuraciones están condenados a desaparecer.
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