Muy a menudo nos hacemos la pregunta ¿Qué logros obtuvieron nuestro dirigentes en sus periodos de gobierno? ¿Hicimos bien eligiendo a nuestros gobernantes? ¿Quedo bien hecha la tarea en ese tiempo de gobierno? pero sin duda a las miles de preguntas que surgen, la respuesta solo se enmarca en tres palabras “Rendición de Cuentas”.
La rendición de cuentas es un ideal contemplado en los gobiernos democráticos, fundamentado en un deber legal y ético, mediante el cual los gobernantes o personas que manejan presupuesto público, deben justificar antes sus electores el manejo y rendimiento de la administración.
Gracias a la aplicación de los sistemas de Gobierno Democráticos, los cuales rigen el poder en nuestra América, se otorga a los ciudadanos una serie de herramientas de control social con las cuales estos logran indagar sobre el correcto uso del presupuesto publico, cumplimiento de planes de gobierno, metas propuestas por los candidatos en campaña y resultados de todo el gabinete que conforma dicha Administración.
De acuerdo a lo establecido en la normatividad interna de los Estados, será obligación que todas las entidades y organismos de la administración pública en el desarrollo su gestión, realicen la tarea de rendición de cuentas a la ciudadanía, mediante la cual se indiquen cifras ciertas y concretas de su actuar.
El proceso de rendición de cuentas que se da entre la ciudadanía y sus gobernantes, deber contar con ciertos criterios de responsabilidad, participación y publicidad enmarcados en los principios democráticos y constitucionales, dichos criterios son:
La Información y resultados que se entrega en dichos procesos deberá ser de carácter público, sin restricciones, por tal motivo se recomienda la instalación de audiencias publicas programadas con anterioridad; adicionalmente será fundamental la publicación de resultados, conclusiones y mejoras, tanto en prensa como en internet con el fin de hacer publicidad de los resultados.
El gobernante deberá ser lo suficientemente claro al momento de realizar la socialización y justificación de los actos y decisiones para ejercer las responsabilidades encomendadas, contando siempre con el material que sirva de ilustración y prueba con el cual lleve a convencer a la ciudadanía de la buena gestión realizada.
El dirigente político debe estar dispuesto ser evaluado y a ser sujeto de control público en espacios de deliberación con los ciudadanos.
Será importante que se tengan en cuenta las peticiones y sugerencias entregadas por los ciudadanos a los procesos de diseño y ejecución de políticas públicas, pues esto garantiza que los pronunciamientos que ejerce la comunidad son tenidos en cuenta por parte de los dirigentes.
Sin duda la conexión constante entre la administración y los ciudadanos son el pilar fundamental al momento de ejercer la función publica, toda vez que el pueblo será quien tenga la tarea de vigilar y controlar el actuar de dicho mandatario y su grupo de gobierno, con el fin de evitar que la corrupción siga rondando nuestros pasillos.
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