Los estímulos sonoros en cualquier campaña publicitaria o solo de comunicación son referentes clave en la experiencia de sensibilidad y memoria de un usuario en relación con el producto o servicio al cual se asocia un sonido o una canción.
No creo mucho en los jingles para una campaña, salvo que se conviertan en el acompañamiento musical del futuro gobierno o de un producto de largo plazo. Teniendo un muy buen jingle por su letra, música, ritmo o particularidad; considero que deben ser muchas las repeticiones en lapsos cortos para lograr posicionar un jingle en la sensibilidad y memoria de un ser humano, corriendo el riesgo de que la sensación sea desprecio, repugnancia o saciedad. Creo que una campaña electoral o de gobierno por el corto lapso, debe emplear para su plan de marketing un estímulo sonoro corto como un Gimmick, que se repita en piezas como comerciales de radio, tv, contestador, tono de móviles, eventos públicos, acompañado de un mensaje que varíe y dicho gimmick aparezca en momentos y sea un estímulo que asocia desde la sensibilidad y la memoria.
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